RAYOS UVA SEGUROS

En GARBO cuidamos al detalle el servicio que ofrecemos al cliente, por eso cambiamos cada una de las lamparas de UVA cuando la homologación lo requiere para poder garantizar siempre la seguridad y eficacia a nuestros clientes.
Las cabinas de rayos UVA cada vez son más frecuentes para aquellos que no quieren depender del clima para broncearse o no disponen del tiempo suficiente para hacerlo. Por otro lado, está comprobado que son de gran ayuda para combatir alteraciones de la piel como la psoriasis o la dermatitis atópica.
¿Nunca has probado una cabina de rayos UVA y no sabes a que te enfrentas? No te preocupes, no te pasará lo que en la película ‘Destino Final’, pero es fundamental que tengas en cuenta estos 12 consejos para tomar rayos UVA de forma adecuada:
Los profesionales de las clínicas de belleza como Garbo podrán darte indicaciones para conseguir ese bronceado perfecto. Si es tu primera vez, no dudes en preguntarles todas las dudas que tengas, al fin y al cabo… ¡es tu piel!
Pregunta por los programas de bronceado de cada centro y elige, con la recomendación de tu especialista, el que más se adecua a ti: existen cabinas que combinan rayos UVA con rayos UVB, y tienen más o menos presión; otras son horizontales o verticales. En Garbo disponemos de las verticales, más efectivas y rápidas.
Descubre cuál es tu fototipo de piel. Un pequeño estudio por parte de los profesionales definirá, en un plan personalizado, las dosis y la frecuencia de tus sesiones. Recuerda que no todas las pieles resisten por igual los rayos UVA y, a veces, las pieles muy pálidas y con tendencias a quemaduras y ampollas no pueden hacer uso de estas cabinas.
Avisa si estás bajo tratamiento de algún medicamento como antibióticos, antidepresivos, antidiabéticos, somníferos o antisépticos. Éstos pueden aumentar la sensibilidad y alterar la forma en la que tu piel absorbe el bronceado en las cabinas de rayos UVA.
Limpia tu piel de maquillaje, perfumes y cremas, no querrás irritaciones ni manchas, ¿verdad? En las cabinas se abren todos los poros de la piel, por lo que no solo entra la luz, sino también componentes de esos productos que pueden provocar reacciones alérgicas.
Si tienes mucho vello, es aconsejable depilarse previamente, al menos 24 horas antes de la exposición, para descubrir la piel y evitar irritaciones y quemaduras.

No tengas prisa por ver el acabado ya. Realiza sesiones de rayos UVA aisladas, o con una descanso de 4 días al principio. Cuando tu piel coja color, puedes deliberar con el especialista si asistir con un descanso mínimo de 48 horas. Tu piel necesita tiempo para recuperarse y así evitar futuros problemas. Además, el bronceado sale a la superficie de manera gradual, ¡No seas impaciente!
No combines rayos UVA con la exposición solar. Los rayos ultravioletas pueden acumularse en tu piel y, aunque pienses que aún no estás suficientemente bronceado, cuando sumen los minutos de exposición en cabina y en la playa… tu piel se oscurecerá más de lo debido e incluso se quemará. No es bueno tomar durante 8 horas el sol en la playa, ¿verdad? Pues digamos que combinar ambas técnicas, de seguido, da ese mismo resultado…
Protege tus áreas más sensibles de la exposición ultravioleta: tus ojos y tu zona genital. Estas partes de tu cuerpo son las más fotosensibles por lo que se recomienda usar protectores oculares (te los suelen ofrecer ellos) y bañadores que protejan tus zonas íntimas. Si lo que quieres es un bronceado integral, puedes utilizar cremas de bajo factor de protección para la zona genital. Recuerda que las cabinas de rayos UVA ya traen filtros, por lo que no necesitarías crema en todo el cuerpo.
Para colaborar con la hidratación de tu piel y su proceso de bronceado, es importante usar after sun o, al menos, cosméticos especializados después de la exposición.
Ten cuidado de no sufrir tanorexia o tanofobia, dos trastornos ligados a la obsesión por estar muy bronceado.
Por legislación no está permitido que las cabinas de rayos UVA sean usadas por menores de 18 años ni embarazadas. Si eres alérgico al sol también podrían ser peligrosas para ti.
Las cabinas de rayos UVA cada vez son más frecuentes para aquellos que no quieren depender del clima para broncearse o no disponen del tiempo suficiente para hacerlo. Por otro lado, está comprobado que son de gran ayuda para combatir alteraciones de la piel como la psoriasis o la dermatitis atópica.
¿Nunca has probado una cabina de rayos UVA y no sabes a que te enfrentas? No te preocupes, no te pasará lo que en la película ‘Destino Final’, pero es fundamental que tengas en cuenta estos 12 consejos para tomar rayos UVA de forma adecuada:
Los profesionales de las clínicas de belleza como Garbo podrán darte indicaciones para conseguir ese bronceado perfecto. Si es tu primera vez, no dudes en preguntarles todas las dudas que tengas, al fin y al cabo… ¡es tu piel!
Pregunta por los programas de bronceado de cada centro y elige, con la recomendación de tu especialista, el que más se adecua a ti: existen cabinas que combinan rayos UVA con rayos UVB, y tienen más o menos presión; otras son horizontales o verticales. En Garbo disponemos de las verticales, más efectivas y rápidas.
Descubre cuál es tu fototipo de piel. Un pequeño estudio por parte de los profesionales definirá, en un plan personalizado, las dosis y la frecuencia de tus sesiones. Recuerda que no todas las pieles resisten por igual los rayos UVA y, a veces, las pieles muy pálidas y con tendencias a quemaduras y ampollas no pueden hacer uso de estas cabinas.
Avisa si estás bajo tratamiento de algún medicamento como antibióticos, antidepresivos, antidiabéticos, somníferos o antisépticos. Éstos pueden aumentar la sensibilidad y alterar la forma en la que tu piel absorbe el bronceado en las cabinas de rayos UVA.
Limpia tu piel de maquillaje, perfumes y cremas, no querrás irritaciones ni manchas, ¿verdad? En las cabinas se abren todos los poros de la piel, por lo que no solo entra la luz, sino también componentes de esos productos que pueden provocar reacciones alérgicas.
Si tienes mucho vello, es aconsejable depilarse previamente, al menos 24 horas antes de la exposición, para descubrir la piel y evitar irritaciones y quemaduras.
No tengas prisa por ver el acabado ya. Realiza sesiones de rayos UVA aisladas, o con una descanso de 4 días al principio. Cuando tu piel coja color, puedes deliberar con el especialista si asistir con un descanso mínimo de 48 horas. Tu piel necesita tiempo para recuperarse y así evitar futuros problemas. Además, el bronceado sale a la superficie de manera gradual, ¡No seas impaciente!
Protege tus áreas más sensibles de la exposición ultravioleta: tus ojos y tu zona genital. Estas partes de tu cuerpo son las más fotosensibles por lo que se recomienda usar protectores oculares (te los suelen ofrecer ellos) y bañadores que protejan tus zonas íntimas. Si lo que quieres es un bronceado integral, puedes utilizar cremas de bajo factor de protección para la zona genital. Recuerda que las cabinas de rayos UVA ya traen filtros, por lo que no necesitarías crema en todo el cuerpo.
Para colaborar con la hidratación de tu piel y su proceso de bronceado, es importante usar after sun o, al menos, cosméticos especializados después de la exposición.
Ten cuidado de no sufrir tanorexia o tanofobia, dos trastornos ligados a la obsesión por estar muy bronceado.
Por legislación no está permitido que las cabinas de rayos UVA sean usadas por menores de 18 años ni embarazadas. Si eres alérgico al sol también podrían ser peligrosas para ti.
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